miércoles, 8 de septiembre de 2010

Otros datos de Facundo Quiroga

Juan Facundo Quiroga fue un militar excepcionalmente valiente, decidido y capaz, cuya mayor desgracia fue medirse dos veces con el único general que era superior a él. Se fue haciendo progresivamente más cruel, empujado por la crueldad de sus enemigos — especialmente de Lamadrid — y por la frustración de la derrota. Aprovechaba estratégicamente el terror que su imagen creaba a su alrededor, aunque esa imagen era más ficticia que real.
Como político, era un federal convencido que defendió la autonomía de su provincia y de sus provincias vecinas, pero que nunca se decidió a luchar por la organización constitucional del país. Al final de su vida cayó envuelto en confusas luchas por el poder a nivel nacional, rodeado de conspiraciones que él había contribuido a crear.
La leyenda terrible de Facundo comenzó con el libro de Domingo Faustino Sarmiento, "Civilización i Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga" — editado en 1845 en Santiago de Chile — más conocido como "Facundo: Civilización y Barbarie". Era un panfleto político lleno de inexactitudes, en que el autor atacaba al dictador Rosas a través de quien había sido su aliado. Por otro lado, su objetivo era demostrar la tesis de que las luchas civiles argentinas dirimían un conflicto entre la civilización y la barbarie, y ajustó su relato a ese objetivo. Posteriormente, demasiados historiadores y difusores de historia se tomaron en serio el testimonio de Sarmiento. Y sobre esa base se creó una verdadera "leyenda negra" sobre los federales, en que unitarios resultan siempre los buenos, mientras que los federales simbolizan la arbitrariedad, la violencia y la tiranía.
En respuesta a esa leyenda negra, durante el siglo XX, los historiadores revisionistas crearon otra de tendencia opuesta, en la cual Facundo Quiroga era cruel sólo por necesidad.
Los escritos de Quiroga resultan muy interesantes. Poseía un estilo elegante y directo; y, como demuestra el final de la carta a Lamadrid arriba citada, evitaba las formalidades inútiles, algo muy raro en su época.
Otra curiosidad suya era el conocimiento que tenía de La Biblia, de la cual lograba citar de memoria páginas enteras.
La rivalidad entre López y Quiroga tuvo visos muy singulares: Quiroga poseía un caballo negro predilecto llamado "El Moro", del cual se decía que adivinaba si vencería o no en la batalla. En cierta ocasión, "El Moro" — del cual se había apropiado Lamadrid — fue encontrado en Córdoba por hombres de Estanislao López, quien se apropió del animal. Quiroga elevó enérgicas protestas y amenazó con una guerra abierta a López. Rosas medió entre ambos, aunque nunca se logró la devolución del caballo. Aprovechando la situación, López afrentó nuevamente a Quiroga, diciéndole que "El Moro" era un "matungo", un caballo de poco valor.

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